Cotoli

Cotoli no cuenta con emplazamiento físico, sino que gestiona los pedidos de sus clientes a través de una online shop que reúne las 3 ‘A’: atractiva, accesible y armónica. Su estructura está estratégicamente pensada para hacer sencilla la navegación al cliente potencial.

El naming fue creado fusionando los nombres de los dos socios fundadores. El neologismo producido resulta divertido y fácil de recordar. Desde él parte nuestro trabajo, diseñando una fuente caligráfica personalizada. Con ella pudimos crear un logotipo, formado únicamente con letras, que recuerda a la escritura irregular de un niño.

Para que la composición quede equilibrada, dispusimos todos los elementos del logotipo final según unas proporciones precisas: la anchura de la O del naming es similar a la altura de la x del descriptor (Little Big Ones) y a la distancia de separación entre ambos componentes, y es además exactamente la quinta parte de la altura del naming. Asimismo, la O es la referencia con la que establecimos el área de aislamiento de todo el conjunto. Gracias a este trabajo, el logotipo, libre de tensiones, respira armonía y propone una lectura serena, amable.

También diseñamos un patrón formado por una serie de iconos sencillos, con trazos redondeados, parecidos a un dibujo infantil. Este puede ser incorporado, como parte de su identidad corporativa, de forma independiente o conjugado con el logotipo, en los propios diseños de Cotoli o en materiales secundarios como etiquetas, mobiliario, etc. Con este patrón como base creamos una animación, empleando las cinco tonalidades escogidas para la versión a color del logotipo.

Dedicamos una atención especial al diseño de las tarjetas corporativas: un instrumento de gran utilidad en los encuentros más o menos informales que surgen a diario, y que significan una oportunidad para sorprender y generar una muy buena primera impresión. Para ello nos inspiramos en el formato de las etiquetas, incluyendo la información del contacto a modo de referencia, talla, color, y otros datos que estas suelen llevar. De hecho, perforamos una de sus esquinas, como si realmente se hubiese creado para colgar de una prenda de ropa.