En primer lugar, redujimos e internacionalizamos el naming, omitiendo el adjetivo empresarial, que no aportaba un nuevo significado al conjunto. Asimismo, propusimos eliminar la tilde de OPERA y anglicanizar el término GRUPO; una solución que logró adaptar la marca al actual mercado globalizado, en el que el inglés se ha impuesto como lengua vehicular entre civilizaciones; y, además, permite conservar la relación con la primitiva voz latina opera.
Por su parte, el imagotipo fue creado a partir de la idea de un pentagrama circular. Las cinco líneas de las que este se compone, identificadas con tonalidades dispuestas en gradación desde un turquesa a un verde claro, simbolizan las cinco ramas a las que se dedica Opera Group. La circularidad, que surge de la «O» inicial, hace que el imagotipo evoque una huella dactilar (toda una señal de identidad). Así, os mostramos una comparativa entre el anterior logotipo (izquierda) y el actual.
A su vez, la versión animada del mismo resulta elegante, agradable a la vista, de un dinamismo sugestivo.
Ambos elementos se conjugan con armonía mediante el buen uso de los tamaños y los espacios empleados. En este caso, el interlineado es lo que marca la medida clave. El doble de esta medida sirve para enmarcar de forma equilibrada el logotipo y el imagotipo (que los separa el mismo espacio que el ojo de la «O»), al tiempo que representa la distancia entre la línea base del término OPERA y el brazo medio de la letra «E».
Desarrollamos un conjunto de piezas de papelería con la nueva identidad de Opera Group. Este abarca sobres, impresos, lápices, libretas y tarjetas personales.
