El sitio web que empleaba la fundación estaba obsoleto. Necesitaba un buen lavado de cara que le transportara hasta el año 2016. En efecto, los usuarios de Internet se han acostumbrado a interactuar con los contenidos digitales de forma muy distinta a como lo hacían hace solo unos pocos años. Uno de esos cambios consiste en la navegación. Se ha avanzado hasta diseños muy funcionales, sencillos e intuitivos.
Fundación Barenboim-Said se merecía una web a la altura de su prestigio. Una web que transmitiera al usuario que navegase en ella la importancia de su labor en un sencillo vistazo. Entonces, para lograrlo, simplificamos el diseño. Hicimos de la limpieza la base de nuestro trabajo, empleado la pureza del blanco y evitando acumular demasiados elementos. En este caso, los elementos icónicos nos sirvieron de aliados, y, sobre todo, el uso de la fotografía. La enorme base documental que posee la fundación nos permitió emplear bellísimas instantáneas que resumían por sí mismas todo el sentido de su trabajo. Por último, hicimos que el diseño sirviera para poder acceder a la web desde cualquier tipo de dispositivo.
