El principal atributo de este licor, aquel que destaca sobre el resto, es su elaboración artesanal. Esta característica es la que fundamenta el resto de cualidades del producto: su exquisito sabor, la ausencia de aditivos, la exclusividad que supone su producción limitada, asociaciones relacionadas con la cultura local, la sostenibilidad del proyecto, etc.
De este modo, apostamos por un logotipo sencillo, creado exclusivamente con elementos verbales, aunque quisimos hacer hincapié en su carácter tradicional utilizando mayúsculas con serifas o remates. Esta, además, posee un diseño muy estilizado de la letra q, con una cola curva que rompe la linealidad del naming sobrepasando los límites de la línea base.
En este sentido, también optamos por el protagonismo de un único color corporativo: el negro. El sabor y el olor del regaliz lo hacen inconfundibles. Pero igualmente, en el plano visual, su color oscuro resulta muy representativo. En base a ese predominio de los tonos negros, incluimos algunos detalles que refuerzan la asociación con el regaliz: empleamos, por ejemplo, un motivo ampliamente reconocible como son los caramelos o golosinas de este sabor
