La primera tarea a la que nos enfrentamos fue la de actualizar en naming, con el principal propósito de hacerlo más atemporal, menos sujeto a los vaivenes de las modas. La combinación de caracteres alfanuméricos de nombre primitivo, alfar2, constituían dicho obstáculo. Este pudo salvarse gracias a la recuperación de la grafía original de la palabra, alfardos (una solución que, al mismo tiempo, rescata su sentido etimológico, del árabe, paraíso).
Este primer paso señaló el camino de los posteriores. El paraíso, en muchas creencias, es más que un lugar, es un estado del espíritu. La relación simbólica con el amor que mantienen muchas especies de aves, el carácter sagrado que poseen en multitud de culturas, lo etéreo de su vuelo… Nos dieron la clave.
El proceso creativo desembocó finalmente en un gesto concreto. La imagen de unas alas desplegadas al viento, que suma a los valores de sutileza y levedad muchos otros que encajan a la perfección con la actitud vanguardista de Alfardos. Esta se encarna en una posición decidida y enérgica, a punto de emprender la aventura de volar. A su vez, naturaleza y tradición se encuentran presentes en el respeto por la simetría y las formas armónicas en el imagotipo final, conservando las proporciones entre los elementos constituyentes.
Para la construcción del logotipo completo, optamos por la inclusión del naming, empleando la fuente Isabel. La disposición de sus caracteres respecto al imagotipo, el tracking o el área de aislamiento aplicada van en la misma dirección. Aportar la solidez y la firmeza que poseen las formas áureas.
