En Nömad, vemos en nuestro horizonte nuevos e ilusionantes retos. Entre otros, tenemos entre manos un proyecto de realidad virtual en el que trabajamos con un entusiasmo especial: RVIVE. Este mundo de enormes posibilidades apenas empieza a dar sus primeros pasos. Es un campo donde aún hay mucho por explorar, un campo que promete múltiples usos y aplicaciones en diferentes ámbitos.
Para dar a conocer estas inquietudes que recorren nuestro estudio de un tiempo a esta parte, hemos colaborado con la revista ASM Magazine en su número de octubre con un reportaje. Se titula Cuando la realidad supera la ficción. Compartimos aquí el texto del mismo. Podéis encontrarlo completo en la versión impresa de la publicación:
La VR se consolida en el mercado como una eficaz herramienta para potenciar ventas y deja en un segundo plano el sector del entretenimiento.
La tecnología avanza a pasos agigantados. Y con ella, y no al revés, la sociedad. Las relaciones personales, los procesos de producción, las fuentes de información, los métodos de compra… Todo. Absolutamente todo ha empujado al ser humano a cambiar como consecuencia de los avances tecnológicos de los últimos cincuenta años y de ese gran océano de datos llamado Internet.
Y con la sociedad, por tanto, avanzan las empresas, que buscan encontrar un vínculo directo con el consumidor para dotarle no solo de un producto o servicio, sino también de una experiencia satisfactoria en el proceso de compra.
Aquí es donde ha venido a intervenir la que es, desde principios de año, protagonista de Xataka, Engadget y otros portales de tecnología (y también de marketing): la realidad virtual o VR.
Oculus democratizó ¡y la lió!
Pero esta locura de la realidad virtual no es nada nuevo. Ya a mediados del siglo XIX se inventaron aparatos como el estereoscopio que buscaba el efecto de tridimensionalidad de una imagen a partir de otras dos. Y así, un artilugio tras otro hasta que el profesor Shutherland, también pionero de Internet, consiguiera crear un invento que ofrecía una experiencia “real” de VR, es decir, una simulación de estar inmerso en un escenario no tangible.
Algo que, después de la NASA y las Fuerzas Armadas, aprovechó Nintendo y otras grandes empresas del sector de los videojuegos para adentrar (literalmente) a los gamers en sus mundos ficticios. Pero, ¿cómo un producto con un target tan específico consigue democratizarse varias décadas después y causar un auténtico boom?
Lo que venimos escuchando en los últimos tiempos como realidad virtual vio la luz en 2010 con las primeras gafas Oculus Rift, que contaban con un ángulo de visión de 90º. Sin embargo, no ha sido hasta 2016, cuando esta realidad alternativa ha revolucionado muchos sectores con multitud de posibilidades (y precios) en cuestión de gafas VR: desde las de cartón creadas por Google hasta las Microsoft HoloLens que, con un precio de 3.000 dólares, son capaces de ofrecer hologramas (sí, eso de las pelis del futuro que nunca pensábamos llegar a ver en nuestras vidas).
Y muchos se preguntaran: ¿Tal es la demanda? Hoy en día, Facebook (actual propietaria de Oculus), Youtube y otros `tiburones´ de Internet ofrecen gran cantidad de videos en 360º a los usuarios; videos que, con unas de estas gafas, se convierten en auténticas experiencias que consiguen que, a todos, “les pique el gusanillo”.
No hay que ser un tiburón para aplicar la VR
Aunque no cabe duda de que, en eso de ofrecer experiencias, los primeros de la clase son los jóvenes cerebritos del marketing y la publicidad que trabajan para grandes multinacionales. Como las ya mencionadas y todas las que siguen a Coca-Cola. Muchas otras empresas grandes, medianas y pequeñas también cuentan con visionarios que han sabido exprimir el potencial de la realidad virtual aplicándola a su estrategia de marketing. Le han dado una vuelta de tuerca para adaptarla a su sector.
Y hablando de sectores, el turismo lo ha visto claro. Marriot Hotels, por ejemplo, ha creado VRoom. Una aplicación con la que visitar los distintos destinos en los que la cadena tiene presencia y sus habitaciones. Por eso el usuario puede decidir sobre su viaje sin tener que basarse en las opiniones de otros. Pero no solo el turismo. Educación, medicina, inmobiliarias… y hasta el porno se suman a lo que parece ser un éxito seguro.
Teniendo en cuenta que se prevé que, para 2020, la realidad virtual genere más de 30.000 millones de dólares. No parece mala idea lo de subirse al carro. Sin duda alguna, se ha encontrado un filón que, más allá de persuadir, beneficia tanto a la empresa como al consumidor. Le permito sumergirse en la historia que, probablemente después, viva.
Pero, ¿y si el proceso fuera a la inversa? El Agencia de Marketing Digital sevillano Nömad lleva desde febrero trabajando en lo que ya ha dejado de ser un proyecto: RVIVE. La primera empresa de grabación de recuerdos a partir de la tecnología VR. ¡Ya puedes contratar sus servicios!